La moda y la danza siempre han estado unidas, y por eso no nos sorprende que haya surgido un estilo propio inspirado en el ballet: el balletcore.
Se caracteriza por un alto grado de sofisticación en las prendas, que dejan ver su lado más delicado. Gracias a esta nueva tendencia, grandes firmas se han visto influenciadas y cada vez lo vemos más sobre las pasarelas. Y, como no, muchas influencers han decidido aportar este tipo de prendas a sus armarios.
El Balletcore surgió en el año 2010, coincidiendo con el estreno de la película ‘Cisne Negro‘. Aunque también hay que recalcar que, en España ya les llevábamos unos años de ventaja, concretamente desde el 2002, cuando todas las adolescentes queríamos vestir como las actrices de ‘Un Paso Adelante’, y nos enfundábamos nuestro calentadores de colores para darlo todo.

Pero, efectivamente, este estilo se hizo mundialmente famoso tras ver a Natalie Portman con calentadores, tutús y manoletinas. Fue en ese momento cuando estas prendas pasaron a formar parte de los armarios de muchas it-girls.

Doce años después de aquello, y como ha pasado con diferentes tendencias, el estilo Balletcore vuelve adaptada a nuestros tiempo. Dejamos atrás los calentadores y orejeras, y pasamos el protagonismo al tul, mezclándolo con cuero y colores eléctricos.
Las características que hacen que el Balletcore se diferencia del resto, es el uso de colores pastel e indumentaria tradicional del ballet, como son tutús, vestidos y faldas, todo confeccionado en gasa y seda, y combinado con leggins y bailarinas.
Sin duda alguna, el diseñador Giambattista Valli es experto en el uso del tul, y ha demostrado desde sus inicios, allá por el año 2005, su gran dominio. Su gran éxito vino de la mano de Kendall Jenner, quien en el festival de Cannes 2019 lució el icónico vestido diseñado por Valli y en colaboración con H&M.