Ya os hablamos en otro artículo de qué tipo de gafas eran más recomendadas para nuestro tipo de rostro pero, ¿cómo saber que tipo de anchura nos puede quedar mejor?

El punto de partida es saber si tu rostro es ancho, estrecho o mediano. Debes de ser objetivo ya que de ello depende la talla de gafas que deberás elegir.

En el caso de que ya tengas unas gafas, puedes orientarte en la medida de la montura actual para averiguar el tamaño y la anchura adecuada. Mide la distancia de un extremo a otro en la parte frontal y te dará el resultado.

MONTURA

Si ésta resulta demasiado grande o estrecha, las gafas pueden descolocarse con facilidad. Para encontrar el equilibrio perfecto, te debes ayudar de la orientación con la anchura de tu rostro (sin contar el pelo).
No obstante, hay que tener en cuenta que las gafas estilo cat eye son siempre más anchas que las de montura metálica.

PUENTE

El puente es la distancia corta que hay entre los dos cristales. Y éste debe ser compatible con la anchura de tu nariz. Si las gafas no se apoyan correctamente sobre la nariz, incluso puede favorecer a la aparición de dolores de cabeza.

ANCHURA Y ALTURA DE LOS CRISTALES

Aunque hasta el momento hemos visto gafas con la montura y el cristal pequeño, esto empieza a cambiar, y cada vez nos inclinamos más por los cristales y monturas grandes.

Lo que debemos tener en cuenta es que con las gafas pequeñas lo que se veía afectado era el campo visual, y que los cristales grandes nos ayudaban a ofrecer una protección óptima contra el sol. No obstante, esta parte no es tan importante cuando hablamos de gafas de sol, la comodidad es lo primero.

VARILLAS

No tenemos que preocuparnos en exceso por las varillas, aunque si no ajustan bien se terminarán cayendo, y esto hace que las gafas resulten incómodas. Por suerte, siempre podemos ir a una óptica a que nos las ajusten.