¿Cuántas veces habremos dicho la típica frase de “no tengo nada que ponerme”?

En la mayoría de ocasiones esto ocurre debido a que tenemos mucha ropa, pero muy pocas prendas son básicas.

No nos sirve de nada tener muchos estampados, cortes y formas. Lo más útil para un fondo de armario son las prendas básicas: camisetas, pantalones, abrigos y zapatos en tonos neutros.

Y te preguntarás, ¿exactamente cuáles son los tonos neutros? Son los colores básicos, como el negro, blanco, gris, beige, etc.

Con estos colores y prendas, podemos crear conjuntos de diario, y también para ocasiones un poco más especiales.

Una vez tengamos todo esto localizado, crear looks con sentido nos será mucho más sencillo.

Entonces, añadiremos alguna prenda extra con, por ejemplo, estampado, corte y forma, para dar un toque a todos nuestros conjuntos.

¿Sigues sin saber qué ponerte? Escoge un pantalón liso negro, con un suéter o camiseta blanca, añádele una blazer en un tono beige o camel. Para acabar, ponte un botín negro, un bolso en armonía y algún accesorio para dar el toque del que hablábamos anteriormente. En este punto estaría la magia.

No es necesario seguirlo todo al pie de la letra, podemos cambiar el blazer por una chaqueta denim, los botines por unas sneakers o unos stilettos, el bolso por una mochila, etc.

De esta manera conseguiremos un outfit sencillo pero muy estiloso y en tendencia, ya que el secreto de las prendas básicas es que son atemporales, es decir, SIEMPRE están de moda.

La mejor manera de acertar es optar por lo básico y luego ir añadiendo detalles que marquen la diferencia. Siempre teniendo en cuenta nuestro estilo de vida, la ocasión para que lo necesitemos, y sobre todo; nuestras necesidades.

Y recuerda, “La elegancia y el estilo, no tienen nada que ver con el dinero».

Por: Ecaterina Preda